En el corazón de Oaxaca, México, el Carnaval de San Martín Tilcajete es una de las fiestas más extraordinarias del mundo, donde la tradición ancestral se une con el comentario social más punzante.
A través de mi lente capté el espíritu crudo e indómito de esta celebración en los pueblos de San Martín Tilcajete y Zaachila, donde los límites entre lo sagrado y lo profano se desdibujan en un espectáculo hipnótico. Los asistentes al festival se transforman en seres de otro mundo, sus cuerpos cubiertos de una mezcla primordial de aceite de motor y pintura acrílica. Desfilan por calles polvorientas vistiendo elaborados trajes adornados con máscaras de diablo, cráneos de animales y campanas tintineantes que crean una percusión espeluznante en sus bailes salvajes. Lo que hace que este Carnaval sea particularmente fascinante es su agudo lado satírico, especialmente en sus comentarios sobre el matrimonio y las relaciones sociales, convirtiendo la institución del matrimonio en una celebración y una suave burla.