Es precisamente al encontrarse engullido por los inmensos paisajes que se forman con el tiempo que uno siente cómo el hombre puede ser sólo una pequeña gota de agua en el océano infinito. Ver y fotografiar la belleza de tanta fuerza es lo que lo acerca a la fotografía. No quiere documentar el paisaje sino que prefiere verlo de forma minimalista y abstracta para realzar las sensaciones y la atmósfera de estos lugares. Esto es lo que quiere transmitir con sus imágenes: no sólo agradar a la vista, sino fundamentalmente conmover el alma. El silencio y la soledad de sus imágenes sitúan al espectador en un estado introspectivo en el que se confrontan los sentimientos y el existencialismo. Las imágenes tienen éxito cuando no se quedan en la simple visión de una foto sino que son capaces de ir más allá y llegar al alma del espectador. Cuando siente esta sensación, es el momento en el que su fotografía se ralentiza: es el momento de sentarse y escuchar el paisaje.
– ¡Tómate siempre el momento adecuado para encontrar imágenes que evoquen emociones! –